Guerra de cervezas llega a Chile y Heineken apostaría por ofrecer canje de acciones a CCU
La holandesa ya es socia por parte iguales del grupo Luksic en IRSA, que tiene poco más del 60% de la propiedad de la mayor cervecera local
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Consolidación es el nombre del juego en la industria cervecera mundial, y aquí el que no sigue las reglas, posiblemente, se quede atrás. Muy atrás. Y en Heineken lo tienen claro. Porque después de que fuera anunciada la fusión entre los gigantes del mercado Anheuser-Busch InBev NV y SABMiller PLC, el resto de los jugadores globales tuvo que acelerar el ritmo para definir estrategias y defender sus respectivas posiciones.
Después de todo, una vez que se concrete esa operación, que involucra unos US$ 104.200 millones -lo que se espera ocurra en agosto de este año si se logran todas las aprobaciones regulatorias (ver recuadro)-, nacerá una compañía que ostentará cerca del 29% del mercado mundial, manteniendo posiciones dominantes en Estados Unidos (46%), África (33%), México (57%) y Brasil (63%), mientras que en el resto de Latinoamérica alcanzarán poco más de 60%, según un estudio de la firma de inteligencia de datos de la industria, Plato Logic.
¿Y Heineken? Tendría una presencia en el orbe que representaría un tercio de las fusionadas. Por ello es que dentro de los planes de la holandesa está el reforzar la relación con sus socios en distintos países y entre ellos se encontraría CCU, en la que comparten con el grupo Luksic, el 50% de la propiedad de IRSA, la cual, a su vez, controla poco más del 60% de las acciones de la cervecera local.
La fórmula que estarían analizando los europeos sería ofrecer un canje de acciones –o swap- a los inversionistas, con una relación de intercambio aún indeterminada, lo cual le permitiría a Quiñenco pasar a ser uno de los principales accionistas de Heineken. De esta forma, quienes tengan papeles de CCU podrían recibir un “premio” aproximado de 30% por ellos, ya que los títulos de la europea se transan cerca de 13 veces Ebitda, mientras que los de CCU a 10 veces Ebitda.
Al ser consultado el holding, Rodrigo Hinzpeter, gerente legal de Quiñenco, respondió: “Desmiento categóricamente esa información, que no se encuentra dentro de los planes de Quiñenco. Por el contrario, estamos conformes y contentos con la rentabilidad y el desarrollo de CCU en todos los países en que se encuentra presente. En el futuro inmediato tenemos enormes desafíos en mercados en que CCU se encuentra operando desde hace años y en otros, como es el caso de Colombia, en los que su participación es más reciente”.
Sin embargo, fuentes consultadas señalan que han existido conversaciones que se han llevado a cabo bajo estricta reserva, algunas de las cuales han tenido lugar en Nueva York. Agregaron también que podrían ser dos los bancos de inversión los que se queden con la operación, uno norteamericano y otro chileno. Si los planes de Heineken llegan a puerto, se estima que esto recién ocurriría a mediados del segundo semestre.
Cabe recordar que CCU y Postobón anunciaron su joint venture Central Cervecera de Colombia (CCC) en noviembre de 2014, cuyo objetivo es la producción y comercialización de la marca Heineken en el mercado colombiano.
Carta a los accionistas
En su última carta a los accionistas, el presidente del directorio de CCU, Andrónico Luksic, destacó que pese a mantener resultados positivos en un entorno macroeconómico adverso, la compañía enfrenta “un reto mayor: somos testigos de una de las más grandes fusiones de la historia de la industria de las cervezas y las gaseosas a nivel global, la que de prosperar dará origen a un actor de enorme incidencia en el mercado internacional, capaz de producir y distribuir más de 700 millones de hectolitros al año, y con presencia en más de 65 países”.
Como resultado, agregó en el mensaje, “un cambio de tal magnitud en el mercado y competencia a nivel mundial y regional trae para CCU importantes desafíos, para los cuales nos estamos preparando en todos los ámbitos de la organización”, finalizando con que la estrategia para enfrentar dicho desafío exitosamente es un foco especial en sus principales categorías, que son cervezas y bebidas no-alcohólicas.
La megafusión sigue avanzando: estaría por lograr aprobación en la UE
La cervecera Anheuser-Busch InBev estaría a punto de lograr la aprobación condicional por parte de la Unión Europea para adquirir SABMiller, tras acordar una venta sustancial de activos, informó Reuters. La fabricante de Budweiser, Corona y Stella Artois, con sede en Bélgica, busca impulsar su presencia en los países de África y América Latina para contrarrestar mercados más débiles como Estados Unidos, donde los bebedores están abandonando las marcas principales en favor de cervezas artesanales y cócteles.
La compra, una de las mayores del mundo corporativo, dará a AB InBev un tercio del mercado cervecero global.
AB InBev, que ya es la mayor cervecera del mundo, consiguió superar los temores relacionados a la competencia de la UE accediendo a vender las cervezas de SABMiller Peroni, Grolsch y Meantime a Asahi Group Holdings Ltd.
El mes pasado, la compañía anunció también sus planes de vender los negocios de SABMiller en la República Checa, Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia para apaciguar las persistentes dudas de la Comisión Europea.
El regulador sobre competitividad de la UE tiene previsto tomar una decisión sobre el acuerdo el 24 de mayo. Autoridades australianas y sudafricanas ya dieron luz verde a la operación.